Quiero empezar este escrito de opinión pública con una frase del escritor y activista Colombiano Daniel Mendoza Leal, frase que le escuche decir en una de sus entrevistas: “La única forma de vivir con el dolor es ocupándome de las cosas que me lo generan”.
Hoy decido entonces ocuparme del dolor que me está generando no solo a mí, sino a gran parte de la humanidad, la realidad que se está viviendo en Israel y Palestina, exactamente en la Franja de Gaza.
Lo que está sucediendo en la Franja de Gaza tiene una raíz histórica que muchos hemos podido conocer y repasar a través de diferentes medios (escritos o visuales), no es una historia lejana, de hecho, aún existen en este tiempo personas vivas que cuentan su testimonio de lo que se vivió, sabemos entonces de la existencia de situaciones injustas, de decisiones estratégicas, de relatos de víctimas y victimarios que han llevado a que hoy en esa parte del mundo se sigan cometiendo barbaries. Es momento de parar, no podemos seguir lanzándonos piedras unos a otros pensando en que este o aquel es el culpable o inocente, en que se debe estar de este bando o del otro, porque eso sigue acrecentando esa hoguera ideológica que nos lleva a tener más muertes cada día, tenemos que estar del lado de la vida y rechazar la violencia.
Hoy quiero invitarles a que pensemos en que este presente será el pasado de generaciones futuras, a quienes seguiremos heredando una sociedad cargada de rencores, venganzas, miedos, ideologías de segregación y legados antihumanos; hoy miramos hacia atrás y ante las historias de colonización, las historias de la primera y segunda guerra mundial, nos preguntamos, ¿cómo es posible que esto sucediera a los ojos del mundo?, hoy está volviendo a pasar, se está acabando con un pueblo ante los ojos del mundo.
Lo que voy a decir puede sonar ridículo porque soy una persona más en este mundo, pero precisamente por eso debo hacerlo. Hoy 20 de octubre de 2023, decidí mostrar mi rostro con estas palabras, no soy una cuenta más, no soy un usuario más de las redes sociales, estás redes son mi medio de difusión, y yo soy Nataly Argüelles, ciudadana Colombiana, una ser humana habitante de este mundo, que en mi condición de humana y acogida a los derechos que me protegen, levanto mi voz para decir que desde la justicia social, rechazo las acciones del grupo terrorista Hamas ocurridas el 7 de octubre, y rechazo aún más las acciones que a partir de esa fecha viene teniendo el Estado de Israel, quien amparado en su legitimidad y aparato institucional justifica sus ataques y la muerte de civiles.
También quiero hacer un llamado a los representantes de las diferentes Naciones y sociedades del mundo para que se aplique el principio de interés superior de los niños y niñas contenido en la Convención sobre los Derechos del Niño y que firmaron en 1989, sus derechos están por encima de los derechos de guerra a los que apela el gobierno de Israel, y, por lo tanto, en mi calidad de ciudadana de este mundo, parte de la sociedad a quien también se le confiere la responsabilidad de la garantía de los derechos de los niños y niñas, denuncio al Estado de Israel por los ataques que está cometiendo contra los menores de edad, por atentar contra su derecho a la vida, a la integridad, la libertad y seguridad.
Hoy mi voto como ciudadana de este mundo, con los mismos derechos y obligaciones que me brinda mi condición de humana, es por la salvación de Palestina, por una Palestina libre y para que haya un cese al fuego.
Por último, quiero contarles que hace un buen tiempo leí el libro La Banalidad del Mal de Ana Rubio-Serrano, quien hace un análisis del comportamiento humano en la Lógica Nazi, es de esos libros en que te detienes a pensar, analizar y que aportan herramientas de aplicación a la realidad, de antemano quiero ofrecer disculpas a la autora si entre mis líneas se percibe una interpretación diferente a lo que con su escrito pretendía, pero es la reflexión y pensamientos que se construyeron en mí a partir de la lectura.
Y lo traigo a colación porque hay una parte en especial que quiero compartirles y con la que podemos empezar a romper esta ideología de muerte y crueldad, cuando se ataca en masa se invisibiliza lo humano, se pierden los rostros, el rostro hace única a cada persona, representa su humanidad, su existencia, existencia que solo será recordada por aquellos que la conocieron y que perciben su ausencia, pero el propósito de la guerra es eliminar hasta al último que pueda recordar, entonces, invito a quienes tengan la posibilidad y desde sus medios puedan hacerlo, a que visibilicemos los rostros de los civiles, que se muestre su humanidad, que se sepa que también esos civiles tienen una historia, que tienen una vida como cualquiera de nosotros, que se inunden las redes con sus rostros, que todos y todas conozcamos su historia, para que sintamos y entendamos que no podemos perderlos, que hacen parte de nosotros, que son parte de esta especie humana y que tienen derecho a su vida, a que esa vida sea respetada y digna como la de cualquiera de nosotros.